Carta a la trinchera
A mi hijo:
Desde tu partida, las cosas no han hecho más que ir a peor. Cada vez la comida escasea más, los pocos hombres que se ven por aquí no están cuerdos o es falta alguna extremidad. El resto, aterrados por la idea de que una mujer les llame cobardes, han ido a la guerra, a entregar su vida, dejando todo lo que tenían y a enfrentarse a una muerte segura.
Me resulta imposible ser feliz planteándome que tu final podía estar cerca. Por favor, vuelve a casa cuanto antes. Esta guerra no merece la pena, sólo traerá desgracias. Todos te echamos de menos.
Tu querida madre.
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